Una vez tuve un sueño. Soy un guerrero de la tierra, un animal de la selva, una piedra en una playa, una nube de color azul, el azúcar de un caramelo… Sálvame, sálvame de esta eterna vida de sin sentidos. Buscamos un por qué, no más cerca que lo que tienes delante. Guerras, epidemias, desgracias… ¿La caja de pandora? Encuentra el camino por tu cuenta, dicen los grandes. Dame las señales pide el pueblo, pero nadie contesta a eso. Subir a las estrellas, vemos desde allí la tierra, me veo pequeño, pero aún somos más enanos. Nada, para un mundo. Poco podemos imaginar nosotros. Una vez tuve un sueño, pero desperté y ya no era lo mismo. Había cambiado ¿Los sueños pueden cambiar a las personas? ¿Puedes pensar en el sueño y al despertarte recordar en el subconsciente que ahí sigue ese pensamiento? Algo nuevo en nuestra cabeza, con sentido, ya nos hace ver algo de otra forma a la que la veíamos antes, y todo solo por un sueño, por pensar al dormir. ¿Y si pensáramos también por el día? ¿Y si pensáramos despiertos?
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