Ya se han dado varios casos de personas que devuelven dinero encontrado en la calle, como aquel joven marroquí que entregó en Bilbao 400 décimos de lotería de Navidad valorados en 8.000 euros, o los 12.500 euros metidos en un sobre (esto me recuerda al caso Bárcenas) que encontró en una gasolinera un parado de Xinzo, o el vagabundo de Boston que encontró 40.000 dólares en una mochila, o el obrero argentino que devolvió en Berrotarán 50.000 dólares hallados en la basura, o el taxista de Singapur que entregó a una pareja de turistas tailandeses una bolsa que se habían dejado en su coche, con ni más ni menos que 900.000 dólares.
Taxista de Singapur devuelve US$900.000 - Fotofrafía de "RIA Novosti" |
Es curioso como la honradez se convierte en noticia. Por un lado, desolador, porque se trata de un acto de sentido común que no se suele producir, ni siquiera en los pensamientos de los ciudadanos; pero por otro lado, esperanzador, porque mientras quede alguien que sí lo haría, quedará confianza en los demás.
Cuando salí de casa, en mi viaje de caminar por Europa, lo hice con 720 euros. Todo el dinero lo guardaba (y lo sigo haciendo porque aún no he terminado el viaje ni el dinero) en una cartera verde con una nota envolviendo los billetes. En la nota adjunto la dirección de mis padres y un breve texto que dice así:
«Por favor. Este dinero lo gané honradamente trabajando. No tengo más dinero. Con este dinero quería viajar a pie por toda Europa. Me considero una buena persona, no he robado nunca. Muchas gracias.»
Sabía que podía llegar a perder la cartera, puesto que era un viaje largo y ajetreado. De hecho, por el camino perdí una camiseta, el reproductor de música y hasta el teléfono móvil. Así que si hubiese ocurrido, sólo me habría quedado agarrarme a la esperanza de que esa nota la hubiese encontrado una persona honesta.
¿Y tú? ¿Me habrías devuelto el dinero?
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