16 de abril de 2012

Una semana disparada

Dos noticias me han provocado especial decepción e indignación en una semana en la que volaron las balas.

La primera el fallecimiento de Iñigo Cabacas, un joven bilbaíno que tras el partido del Athletic-Schalke fue golpeado en la cabeza por una pelota de goma proyectada por un Ertzaina.

Tras este indecoroso acto policial, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, anunció que a partir del 2013 la Ertzaina no podrá utilizar escopetas lanzaderas de pelotas de goma. Ahora bien, ¿es necesario que muera una persona para reconocer que así no se hacen las cosas? Pese a que el año pasado las pelotas de goma fueron prohibidas por la Comisión Europea, se siguieron utilizando en este país y por lo visto, hasta que finalice el año, se seguirá permitiendo esta salvajada.

Rodolfo Ares, como responsable político del trágico suceso, debía haber anunciado también su dimisión, exigida tanto por partidos políticos como por distintas organizaciones. Todavía está a tiempo de hacerlo. Por si fuera poco y aunque parezca una gansada, la violencia policial no cesa para el movimiento social surgido entorno a la muerte de Cabacas.



La segunda el viaje del Rey a África, dedicado a cazar elefantes, en el que ha tenido que regresar a España y ser operado de la cadera por una caída. Lo cómico del asunto: caerse el 14 de abril, día de la proclamación de la Segunda República. ¿Para cuándo la tercera? Por lo visto, a Juan Carlos "el paro juvenil le quita el sueño", pero en Botsuana matando paquidermos. Como consecuencia de su 'comportamiento ejemplar' (espero que se entienda el sarcasmo), decenas de miles de personas piden que el Rey deje de ser Presidente de Honor de WWF España, una conocida protectora de animales.

Se dice que el elefante era republicano (Foto: recogida de internet)

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