15 de marzo de 2013

Jesucristo en el siglo XXI

Al principio le tratarían como a un loco, sería mal visto por los altos cargos eclesiásticos y, sin dinero, no podría entrar en el Vaticano. La mitad de las personas no le tomarían en serio y la otra mitad, ni siquiera entendería su mensaje.

El poder no consentiría que su supremacía se viese desequilibrada y desprestigiada por un inconformista, como Jesús consiguió antaño. Le callarían la boca, los medios desinformarían y manipularían con tal de que su voz no se oyese; y las fuerzas de seguridad le acabarían deteniendo, posiblemente con violencia, si opusiera resistencia, aunque esta fuese pacífica.

En mi opinión, si Jesús viese lo que hoy en día es el Vaticano y todo el dinero, poder e influencias que mueve la Iglesia para su propio beneficio, por no hablar de lo que ha movido durante todo este tiempo, estaría apenado y no se sentiría nada orgulloso de ser representado por lo que él en vida criticó.

¡¿Habemus Papam?! Vergüenza les tendría que dar o muy ciegos deben de estar. Aprovecharse de la figura de uno de los grandes de nuestra historia en este planeta como seres humanos. Un verdadero héroe, un salvador, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King, que arriesgaron sus vidas por un mundo de igualdad y solidaridad.

Si hoy resucitase Jesús de Nazaret, volvería a ser crucificado.

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